Si aceptamos la idea de que nuestros mas grandes Maestros son los que somos todos entre nosotros, a través de los papeles que asumimos
en cada una de nuestras relaciones interpersonales, entonces, ninguna
religión, ningún gobierno tendría razón de ser, ya que el hombre
que comprende ese mecanismo esta camino de gobernarse a si mismo y
por lo tanto prescinde de dogmas y creencias en cosas externas, recuperando
así sus poderes personales y creativos...
No creo en nada más que no sea el Poder (o "La Fuerza") que llevamos dentro, El
que sólo se adquiere y crece a medidas que sepamos sacar los tesoros
que se esconden detrás de cada fracaso, cada persona con la que
tropezamos, cada situación o relación conflictiva,..no necesitamos
dividirnos por ideas, filosofías, religiones o sistemas. Simplemente
entendamos que somos todos, a la vez víctimas y verdugos...o sea
Nuestros Mejores Maestros..
FDE
El Sendero del infinito
Todo es Uno y Tú lo eres Todo, eres la Meta y el Camino, eres Infinito...
viernes, 11 de enero de 2019
jueves, 3 de enero de 2019
"ELLA"
ELLA
ELLA compraba libros que hablaban de espiritualidad, de luz, emociones positivas, amor incondicional y unidad.
Intentaba con todas sus fuerzas ser perfecta
y alcanzar este cielo al que tanto aspiraba!
Intentaba borrar sus sombras para llegar a esa luz.
Intentaba ser alegre cuando a menudo estaba triste
Intentaba ser lineal cuando todo en ella era caos y tsunami
Intentaba ser tranquila aunque sintiese la tormenta.
Intentaba ajustarse a lo que esos sabios escribían.
Pero cuanto mas leía, mas lo intentaba…
y mas fracasaba
Se quedaba desesperadamente humana y dual
en su paradoja emocional
Manifestaba todo lo opuesto a lo que estaba escrito;
Entonces se desvanecía, desesperada, y cayéndose de rodilla.
¿Porque no estaba perfecta como toda esa gente que sabia?
gente despierta e iluminada?!
Reventada se fue a la cama.
En sueño, vio una gran sala:
De un lado hombres trajeados e incluso algunos sabios;
del otro, músicos, cantantes y poetas atrevidos,
En un gigantesco y florido desparpajo
Los trajeados asustados por tanto desmadre se marcharon enseguida!
Y solo se quedó esa gente colorida!
Sorprendida, al despertarse, lo había entendido.
Abandonó la lectura
para vivir la vida!
Entonces empezó a aceptar su lado humano,
sus cambios de humor y su corazón a veces cerrado
Aceptó todas sus partes y su dualidad!
Y gracias a ello por fin encontró su unidad.
Su corazón se iluminó como un farol,
porque ya no le hacia falta interpretar ningún rol.
Por primera vez se quería, aunque no fuese perfecta
Lo amaba todo en ella, incluso su cara oculta.
Dejó de esforzarse
y entró en su propio baile
Ya no hacia caso a los sabios,
pero si a sus vibrantes impulsos
Se volvió una mujer salvaje
A veces capaz de enfurecerse
Llorar era hermoso
porque ya no era doloroso
Aceptó su naturaleza de mujer cíclica
y se volvió magnifica
Entendió que todo lo que vivía en ella era divino
y por fin la luz vino!
Ya no buscaba ser perfectamente alineada,
porque sentía que era como la tierra que se movía
bailaba, cantaba y se reía ahora de su naturaleza paradójica y cíclica
Y todo en ella se apaciguó
porque buscar ya no era necesario.
Solo sentir en su piel las estrellas acariciarle
y oír a los pájaros cantarle
Era como el océano contemplando sus olas
Era la conciencia viviendo sus emociones,
Era lo divino viviendo en su cuerpo humano
Era el espacio infinito viviendo el tiempo finito,
Era la calma mirando sus tormentas
Era la unidad viviendo su dualidad.
Por fin estaba completa y podía vivir su vida.
Traducido del francés, extracto del libro AU NOM DU CORPS de Caroline Gauthier
*He procurado que la traducción sea la mas fiel e acertada posible, aunque siendo un texto poético, para conservar la belleza y el ritmo del contenido, me he permitido cambiar ligeramente el sentido de algunos párrafos para que así se respete el peculiar tono del mismo.FDE
miércoles, 19 de noviembre de 2014
Perder y ganar
LA PAZ QUE SOBREPASA
TODA COMPRENSIÓN
Muchas personas han
dado su testimonio acerca del afloramiento de una nueva dimensión de
la conciencia como
consecuencia de una pérdida trágica en algún momento de sus vidas.
Algunas perdieron
todos sus bienes, otras a sus hijos o su cónyuge,
su posición social, su reputación o sus habilidades físicas.
En algunos casos, a
causa de un desastre o de la guerra, perdieron todo eso al mismo
tiempo, quedando sin
"nada". Esto es lo que llamamos una
situación extrema. Cualquier cosa con la cual se hubieran
identificado,
cualquier cosa que les hubiera dado un sentido de ser,
desapareció. Entonces, súbita e inexplicablemente, la
angustia o
el miedo profundo que las atenazó inicialmente dio paso a la
sensación de una Presencia
sagrada, una paz y serenidad interiores,
una liberación total del miedo.
San Pablo
seguramente conoció ese
fenómeno pues dijo, "la paz de Dios
que está más allá de toda comprensión". En efecto, es una
paz que
parece no tener sentido, y las personas que la han
experimentado han tenido que preguntarse, "¿Cómo es
posible
que ante semejante situación pueda sentir esta paz? "
La respuesta es
sencilla, sucede una vez que reconocemos al ego por lo que es y la
forma como funciona. Cuando desaparecen o
nos arrebatan las formas con las cuales nos hemos identificado y las
cuales nos han
proporcionado el sentido del ser, el ego se derrumba
puesto que el ego es identificación con la forma. ¿Qué
somos
cuando ya no tenemos nada con lo cual identificarnos? Cuando las
formas que nos rodean mueren o
se aproxima la muerte, nuestro
sentido del Ser, del Yo Soy, se libera de su confusión con la forma:
el
Espíritu vuela libre de su prisión material.
Reconocemos que
nuestra identidad esencial es informe, una
omnipresencia, un Ser
anterior a todas las formas y a todas las identificaciones.
Reconocemos que
nuestra
verdadera identidad es la conciencia misma y no aquellas
cosas con las cuales se había identificado la
conciencia. Esa es la
paz de Dios. La verdad última de lo que somos no está en decir yo
soy esto o aquello,
sino en decir Yo Soy.
No todas las
personas que experimentan una gran pérdida tienen este despertar,
este deslindarse de la
forma. Algunas crean inmediatamente una
imagen mental fuerte o una forma de pensamiento en la cual se
proyectan como víctimas, ya sea de las circunstancias, de otras
personas, de la injusticia del destino, o de
Dios.
Esta forma de
pensamiento, junto con las emociones que genera como la ira, el
resentimiento, la
autocompasión, etcétera, es objeto de una fuerte
identificación y toma inmediatamente el lugar de las demás
identificaciones destruidas a raíz de la pérdida. En otras
palabras, el ego busca rápidamente otra forma. El
hecho de que esta
nueva forma sea profundamente infeliz no le preocupa demasiado al
ego, siempre y
cuando le sirva de identidad, buena o mala. En
efecto, este nuevo ego será más contraído, más rígido e
impenetrable que el antiguo.
La reacción ante
una pérdida trágica es siempre resistirse o ceder. Algunas personas
se vuelven amargadas y
profundamente resentidas; otras se vuelven compasivas, sabias y
amorosas. Ceder implica
aceptar internamente lo que es, es abrirse a
la vida. La resistencia es una contracción interior, un endurecimiento del cascarón del ego, es cerrarse.
Toda acción
emprendida desde el estado de resistencia
interior (al cual
podríamos llamar negatividad) generará más resistencia externa y
el universo no brindará su
apoyo; la vida no ayudará.
El sol no
puede penetrar cuando los postigos están cerrados.
Cuando cedemos y
nos entregamos, se abre una nueva dimensión de la conciencia. Si la
acción es posible o necesaria, la
acción estará en armonía con
el todo y recibirá el apoyo de la inteligencia creadora, la
conciencia
incondicionada, con la cual nos volvemos uno cuando
estamos en un estado de apertura interior. Entonces
las
circunstancias y las personas ayudan y colaboran, se producen las
coincidencias. Si la acción no es
posible, descansamos en la paz y
la quietud interior en actitud de entrega; descansamos en Dios.
Fuente: Una Nueva
Tierra (Eckhart Tolle)
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