viernes, 18 de octubre de 2013

El mochilero y el precipicio




Querid@ viajer@


Ya estas en el medio del camino, atravesaste valles y pequeños montes, a lo largo has visto tantas lluvias como arco iris, a veces oíste truenos, otras veces el canto de los pájaros en el bosque...



Cuando de repente te encuentras frente a un precipicio, detrás de este, una montaña muy alta cuya cumbre es hermosa y bañada de luz, pero este abismo parece un pozo sin fondo, miras a tu alrededor en busca de otro camino pero parece que no haya mas salida que saltar; entonces sientes temor y vértigo, nunca te atreverás, es demasiado alto y solo puedes ver oscuridad, un vacío aterrador...

Sin embargo, la luz que emite la cima de la montaña, allá, atrás, es tan bella, tan impregnada de calidez que te sientes irresistiblemente atraid@ hacia ella, piensas que has hecho ya un largo recorrido y que lo que siempre has buscado esta ahí esperándote, allá esta el final de la meta, pero no puedes remediarlo, este vacío te asusta...

Te surge la idea que lo mejor seria simplemente volver sobre tus pasos, que mirando atrás no corres riesgo, conoces el camino de vuelta, para que dar un salto y arriesgarse a morir si siempre hay posibilidad de retroceder?

Das un paso hacia atrás pero pronto, te das cuenta que el suelo empieza a tambalear como si el mero hecho de darte la vuelta provocase terremotos...


 Te armas de valor pero a medidas que vas retrocediendo, aparecen en tu camino te repente sombras, demonios, dragones, no solo intentan atormentarte sino también se burlan de ti, de tu cobardía y la atmósfera se hace cada vez mas tenebrosa...

Y ahora piensas: “Que hago? De un lado me espera un vacío si fondo y del otro me persiguen, parece que no tenga elección... “

Tampoco entiendes el “porque” de ese precipicio, hasta ahora el camino ciertamente no había sido fácil, tropezaste mucho, te topaste a veces con serpientes, con senderos estrechos y peligrosos, pero nunca hubieses podido imaginar que para llegar a la cumbre de la montaña mas bella de tus sueños, tuvieras que primero dar un salto cuántico hacia lo desconocido.

Has decidido pararte a pensar, reflexionar, analizar, incluso en ocasiones piensas en algún artilugio que te permita alcanzar el otro lado sin tener que caer, pero por mucho que busques en tu mochila, no encuentras ninguna cuerda suficientemente larga, te desesperas...


Pasan días, pasan semanas...ya llevas meses contemplando este vacío y hoy parece menos aterrador, ya te estas familiarizando con el, ya no es un desconocido, como el ojo se acostumbra a la oscuridad, empiezas a distinguir formas, a veces bajo la apariencia de pequeñas sombras, otras veces pequeños destellos de luz, el vacío empieza a cobrar vida y sentido, ya no es esa masa informe con la que te encontraste al principio...

...Han pasado meses y meses, has reflexionado, llorado, contemplado y de repente, en la neblina, empiezas a vislumbrar un puente que conecta el abismo y el pie de la montaña.

¿Te atreverás a cruzar este puente?

Decides que si.

También decides que a partir de ahora viajaras mas ligero.

Coges la mochila y vas quitando lo que ya no te sirve para realizar el viaje. Eliges cuidadosamente las cosas que te acompañaran durante el camino, además reparas en que la mayoría de tu provisiones ya están caducadas... desde mucho tiempo.

Con valentía emprendes de nuevo tu camino, claro esta, estas aun asustado, porque este puente todavía no tiene solidez, con cada paso firme que das, tomas consciencia que con la fuerza de voluntad, el puente se hace cada vez mas real, mas solido... en cambio si por miedo o descuido se te ocurre dar un paso hacia atrás, este va perdiendo cuerpo y numerosas veces corres el peligro de caer.

Lo tienes muy claro, no darás ni un solo paso atrás y si eso sucediese, ya sabrías darte cuenta a tiempo, ya no eres un necio y has entendido que cada retroceso tuyo podría ser fatal, así que no tienes otra opción que caminar adonde te lleve el puente...

Que bueno! ahora lo puedes hacer hasta con los ojos cerrados, confías totalmente en el, se ha convertido en tu guía y cuando pierdes el equilibrio, solo te hace falta escuchar, porque ahora, también el viento y los pájaros te van susurrando al oído, superaste la gran prueba y ellos han decidido acompañarte en el viaje.

Llegas por fin al pie de la montaña al ocaso, ahora toca descansar un poco.. todavía queda un largo recorrido, pero ya nunca sera lo mismo... Ahora por contemplarlo conoces la naturaleza del abismo, no es real, no tiene sustancia propia, no busca engullirte, sino hacerte posible crear nuevos puentes para que puedas subir mas alto, siempre mas alto... C.B





No hay comentarios:

Publicar un comentario